«Castela consigue formalizar un sutil y sinuoso discurso expositivo entre lo digital y lo analógico, sobre el que enarbolar una tesis de origen artístico en torno a las consecuencias que trae consigo la irrupción de la imagen digital en nuestra sociedad, la cual, motivada por las redes de información masiva, genera realidades virtuales paralelas que acabamos asumiendo como veraces, a causa de la viralización y sobreexposición a ella, de tal manera que el discernimiento sobre lo que es o no real deja de ser relevante, en favor de la convivencia de realidades múltiples que representan mejor nuestro presente […]
Elige el píxel, unidad mínima de información visual e icono por antonomasia de la sociedad digital, para transformarlo en unidad mínima de expresión creativa, mediante la cual erigir el discurso de su proyecto, a la manera de Mondrian y el ángulo recto o los posteriores minimalistas, formalizando sus obras mediante elementos universalmente reconocibles. Pero en este caso, el protagonismo del valor objetual o de la forma en sí, no responde a una deliberada huida de la metafísica como ocurría desde el minimal, sino que se convierte en una sutil metáfora de la actualidad y que acerca a Castela a postulados ya postcontemporáneos, propios de artistas como Hito Steyerl, al emplear la estética digital como origen para plantear debates relevantes acerca de nuestra sociedad.
El empobrecimiento de la imagen y su impacto estético como proceso perceptivo, es otro de los elementos de estudio volcados por la artista en estas obras, como metáfora a la sociedad tecnológica y su analfabetismo visual. Si pudiéramos seguir la pista de un archivo de imagen digital durante toda su trayectoria, nos sorprendería las diferentes formas en las que se presenta a través de descargas, subidas, manipulaciones, filtros, etcétera, perdiendo valores cualitativos por el camino y generando múltiples interpretaciones desde un mismo origen […]. Beatriz reproduce ese proceso a partir de imágenes digitales de obras propias procedentes de proyectos anteriores, las cuales “empobrece” intencionadamente hasta resultar estas piezas “nuevas” que conforman la presente exposición, en un ejercicio de construcción/deconstrucción de realidades paralelas sobre una misma información visual, como simulación de lo que ocurre actualmente en la red.
Esta relación de origen entre todas las piezas […], más allá de su evidente justificación discursiva, muestra una personal forma de concebir el proyecto artístico en un relato circular, edificado a partir de micro relatos que al compilarlos funcionan a modo de intervención ambiental. Un concepto formal del todo expositivo, próximo a los postulados espaciales de Olafur Eliasson o James Turrell, que Beatriz interioriza para el posterior desarrollo de un lenguaje propio. Así, las grandes instalaciones lumínicas y fluorescentes son actualizadas y matizadas por Beatriz mediante planos de color y juegos de sombras que multiplican píxeles fingidos a partir de formas físicas, concibiendo cada exposición como una intervención unitaria y específica para cada espacio, en función de su fisionomía y recursos1 ».
Vázquez Ortiz, J. C. (2018). Entrevelados. En Glitch (pp. 3–5). Diputación Provincial de Cáceres.
1 La instalación The Veil ha sido expuesta tanto sobre “cubo blanco”, como sobre otros espacios híbridos, generando matices diferenciados a partir procesos expositivos específicos desarrollados por la propia artista.
Beatriz Castela (Cáceres, 1985) es doctora en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca donde actualmente ejerce como profesora del Grado en Bellas Artes. Centra su trabajo en el análisis de la percepción para cuestionar nuestra comprensión de la realidad y las relaciones que se producen entre obra y espectador, explorando lo intangible, lo virtual y lo efímero propios de nuestro tiempo, haciendo uso de instalaciones, obra gráfica y nuevos medios. Sus trabajos han podido verse en centros e instituciones como el Museo Vostell Malpartida; Museu Nacional de Évora; Centre del Carme Cultura Contemporània de Valencia o en diferentes espacios de La Habana, Bogotá o Ciudad de México.
Espacio Nexo990 de Monzón de Campos (Palencia)
Mayo/agosto 2024