Benjamín Menéndez

ATRAVESARTE > Benjamín Menéndez

IV Encuentro de creación contemporánea y medio rural

Néxodos Candamo 2024

26 julio al 4 agosto 202| San Román


Instalación > ATRAVESARTE > resina, madera, cerámica, metal


De cómo atravesar una pared con una piragua y lo que esto puede llegar a mostrar

El ejercicio es sencillo o, al menos, su resultado. Llamativo, sí, sorprendente, también, incluso podríamos decir impactante, pues de eso se trata. No hay que olvidar que estamos tratando de arte y el arte, ya sabemos, debe mostrar lo intuido, aunque para hacerlo visible deba exagerarlo, exacerbarlo. No, no es una excentricidad.

Para ello se dispondrá de una piragua, resulta obvio, una pared de cierta altura, también resulta obvio, un andamio, una polea, algo de utillaje y un asistente. Es claro que la labor del asistente es fundamental, no solo para la realización de las tareas más pesadas o aquellas otras que el autor no podría hacer individualmente, sino que en todo momento conviene para confrontar acciones y opiniones. No, no es una merma de la autoría, que en nada menoscaba un asistente a ésta, es que el arte, también lo sabemos, ni es un reino de taifas ni debe pretender serlo.

Bastará entonces con elevar la piragua, embocarla al hueco previamente elegido, ubicarla, tras arduo consenso con elementos y materiales, en su posición correcta, fijarla, para, por último, añadir unos ladrillos que sugieran su pronto hundimiento o su regreso a tierra. Restarán entonces tan solo algunas correcciones, retoques sin importancia. Acabados, se habrá producido el milagro. Sí, sí, milagro puede resultar inapropiado, pues remite a un ser divino y creador, pero de creación estamos hablando y necesitamos de las resonancias adquiridas por las palabras para expresarnos con precisión, de igual manera que a veces se necesita de una piragua para hacer una obra de arte o para exponer idea que sin ella se ahogaría en la nada absoluta de lo no expresado.

Resuelto el ejercicio, quizás en unas horas o en un día completo, que nunca se sabe cómo se demora el tiempo, solo queda abandonarlo a merced del espectador, pues, insistimos, estamos hablando de arte y para que este se produzca es necesaria la concurrencia de anónimos espectadores que se enfrenten a la obra y dialoguen con ella.

Y se dirá:

Es un estrambote. Es una proeza. ¿Cómo lo habrá logrado? Con tal de llamar la atención. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la comunicación? Benjamín, siempre acertado, afilando significantes y significados. Increíble. Los ladrillos son el lastre, lo que cargamos. Fascinante. No es una piragua, es una metáfora…

Se dirá eso y se dirán muchas más cosas, incluso según doctrina, y serán tantas las que se digan que ni Benjamín, ni el asistente, ni yo mismo logremos imaginarlas, pero la piragua seguirá ahí, comunicando un exterior con un interior, comunicando al espectador con el autor, siendo ya algo más que una piragua.

Pedro García


BIO | Para acercarse a la trayectoria de Benjamín Menéndez quizá convenga más hacerlo a través de materiales, técnicas e intereses, que a través de una simple enumeración de exposiciones.

Tierra, barro, industria, manufactura, San Claudio y otras fábricas, pintura, Marruecos, instalación, alumnos, Barjola, Trienal de cerámica, río, agua, patrimonio, Ferroñes, activismo, tierras crudas, Alcorcón, Vértice, refractario, entre otros la conforman.